Descripción

Cada 8  de marzo hacemos una acción en honor de nuestra épica. Este 8 de marzo hicimos un recorrido por nuestra historia a través de los lemas feministas. Lemas que nos enseñan que reivindicaban las mujeres de cada época, reivindicaciones algunas conseguidas y otras de rabiosa actualidad. el recorrido lo empezamos en las heroicas sufragistas con los lemas Voto para las Mujeres o Hechos no Palabras y fuimos recorriendo las épocas a través del vestuario de cada mujer. Con la unidad de el color morado de nuestras pancartas, símbolo del feminismo desde que las primeras sufragistas londinenses lo utilizaran como bandera. Terminamos con el lema de la huelga feminista Si Nosotras Paramos Se Para El Mundo.

Manifiesto

Compañeras, hoy nos reunimos aquí para reivindicar y celebrar nuestra épica y lo importante que ha sido y será para la democracia. Una de las aspiraciones más humanas que han existido y existirán es la de la igualdad social.Somos herederas de una larga lucha por los derechos humanos y por la efectiva realización de la democracia:igualdad ante la ley e igualdad de palabra; que continúa siendo puesta en duda cuando denunciamos la enorme carga que el sistema patriarcal ejerce sobre nosotras. Las mujeres somos sujetos políticos de pleno derecho ante la ley y como tales debemos ocupar el espacio en esa realidad del día a día sin sufrir ningún tipo de violencia o menosprecio por ello.Ante la reiterativa pregunta que sigue surgiendo por ciertos sectores de la ciudadanía sobre qué es lo que queremos las mujeres, la filósofa feminista Amelia Valcárcel responde de una forma contundente y clara: SENCILLAMENTE LA MITAD DE TODO: LO JUSTO. Por justicia allá en la revolución francesa se revelaron las mujeres al darse cuenta que las dejaban fuera de los derechos del ciudadano. Esa libertad,igualdad y fraternidad que proponían se dejaba fuera la mitad. A nosotras las mujeres. Desde ese día son muchas las que han dado su vida y sus fuerzas por transformar y conseguir que seamos ciudadanas de

pleno derecho. La resistencia a ello ha sido dura.Siempre han tratado de relegarnos y en la actualidad han reaparecido con fuerza falsos discursos hacia nosotras, con la finalidad de no perder ni uno solo de sus privilegios a los que les llaman libertad. No les tenemos miedo. Ni a ellos ni a quienes quieran conformarnos con promesas y palabras vacías. Ya Nos avisó en su día Simone de Beauvoir que en tiempos de crisis lo primero que se pondría en duda serían los derechos de las mujeres. Qué deberíamos pasar toda una vida en alerta y en alerta frente a eso nos encontramos.“No deseo que las mujeres tenga poder sobre los hombres sino sobre sí mismas”, escribía Mary Wollstonecraft.“Hechos, no palabras”, fue el lema con el que las sufragistas salieron a las calles para reclamar los derechos políticos de las mujeres.“La libertad se aprende ejerciéndola”, proclamó Clara Campoamor en el histórico debate por el voto en tiempos de la república.“Quien no se mueve no siente sus cadenas”, nos decía Rosa Luxemburgo para que no quedamos estancadas en el conformismo y pudiésemos avanzar.”

“Cada derecho que gana la mujer la acerca a la meta de su emancipación total”. Con esta frase nos animaba Alexandra Kollontai a no cesar en el empeño y valorar los esfuerzos pasados.“Ninguna mujer consigue un orgasmo abrillantando el suelo de la cocina”, denunciaba Betty Friedan la esclavitud domestica de la mujer, en su obra La mística de la feminidad.Lo personal es político, fue el acertado lema del feminismo radical de los 70, animándonos a sacar nuestro malestar y gritar con fuerza para poder transformarlo.Nos negaron la ciudadanía, nos negaron el voto, nos negaron la voz, nos negaron la educación y decidieron lo que era productivo y lo que no merecía salario condenandolos a una dependencia económica y emocional, nos negaron el placer en la sexualidad. Todo lo que hemos conseguido y lo que aún queda lo hemos tenido que pelear sin descanso.Fueron muchas y desde hace ya muchísimos años,las mujeres que alzaron su voz y tejieron una red de cordialidad con el objetivo de la plena libertad de todas. Si como dice Amelia Valcárcel, a la que le debemos tanto, el feminismo es una rebelión éticamente guiada, aquí estamos nuevamente rebeladas y lo seguiremos estando como deuda a las que fueron y como legado a las que serán: NI UN PASO ATRÁS: POR JUSTICIA, DEMOCRACIA E IGUALDAD, EL FEMINISMO HA ESTADO Y ESTÁ PRESENTE.

 

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